Capítulo 8 de la saga iniciada por George Lucas hace décadas. Un episodio que va a remover cimientos en el fandom por algunas decisiones cuestionables que pueden hacer enturbiar el conjunto final. Personalmente, creo que estamos ante uno de los mejores capítulos de la historia. Después de la salida de J.J. Abrams, Rian Johnson toma el testigo para evolucionar la saga a un nuevo nivel.
La historia se cimenta sobre una narrativa fresca, que destila aires renovados en la franquicia. Si eres uno de esos fans que no salieron satisfechos con ‘El despertar’ por sus similitudes con pasajes que pudieran recordar a episodios pasados, aquí vas a encontrar algunos giros bastante inesperados.
Rey sigue siendo el eje de la historia. Su personaje no evoluciona demasiado respecto a lo ya visto, pero Daisy Ridley es mucha Daisy Ridley. Finn y Poe son los que ganan impacto en sus roles. Tampoco es que haya habido cambios radicales, pero se percibe una mayor madurez y asentamiento en su actuación, dentro de su papel en esta historia. Rose acompañará a Finn en una subtrama bastante bien resuelta y que resulta interesante.
Kylo Ren es uno de los personajes más interesantes de la nueva trilogía y Rian Johnson lo aprovecha. Desarrolla su ambigüedad con más fuerza, jugando al despiste con todos los personajes y los espectadores. Johnson guía a Adam Driver por un camino rico en matices, con un pasado por descubrir, y que también descubrimos. Carrie Fisher está a un muy buen nivel durante la cinta, con más protagonismo e incidencia en la acción, compartiendo con nosotros un «momento inesperado» que va a ser una de esas escenas que van a traer debate durante largo tiempo e incluso ser carne de memes, dependiendo de la mala leche que tenga cada uno.
Luke Skywalker es un personaje prácticamente reinventado. Cuando ves su primera intervención te das cuenta de que no es el maestro que esperabas encontrar al final del episodio VII. Mark Hamill interioriza al personaje y lo hace más suyo que en los 80. Nos deleita con algunos de los mejores momentos del personaje, y con eso creo que lo digo todo.
A nivel técnico, la película es prácticamente impecable, como se puede esperar de ILM, con una gran factura. John Williams aquí evoluciona los temas que ya compuso en ‘El despertar de la Fuerza’ con inteligencia para elevarlos a un nivel más integrado en la trama. El diseño de los nuevos planetas es novedoso y de gran calidad, y la batalla de Crait es un claro ejemplo con esos tonos rojizos que son una maravilla en pantalla grande.
Rian Johnson desmonta la historia de Abrams para jugar con sus propias reglas y reconstruye los pedazos, convirtiendo lo predecible en inesperado. La saga respira, mata el pasado y evoluciona con argumentos potentes: una narrativa fresca, unos personajes ambigüos con desarrollo moral palpable y un Luke Skywalker que nos regala algunos de los mejores momentos de la saga.
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